Contigo.

Contigo.
Contigo, mis días han pasado de ser rutinarios y aburridos a diferentes e inolvidables; mi orgullo a ido perdiendo su esencia; he aprendido qué significa querer que un día o una noche no termine nunca; he sentido infinidad de sensaciones y sentimientos al mismo tiempo; pero sobre todo, contigo pretendo y quiero pasar toda una vida en la cuál me sigas sorprendiendo como hasta ahora día a día.

domingo, 27 de febrero de 2011

Domingo, 11:02 am

Hoy no me despiertan los intercambios de palabras cerca de mi cama. Tampoco lo hace el desagradable pitido de la alarma del despertador. Ni siquiera el impacto cuando caen las canicas al suelo de los pequeños del sexto piso lo consiguen.
Hoy, sin más, me despierta el silencio.
Entonces, me distraigo mientras me pongo a calificar cada día de esta semana. Y sin darme cuenta, extraigo mis propias conclusiones.
Como se está con los amigos, no se está con nadie.
Como un sábado entero fuera de casa con ellos,no hay nada.
Nada como unas risas, unos consejos, unas bromas, unas fotografías que capturan los momentos, unas pequeñas historias que compartir, un intercambio de miradas, y un sentimiento de máximo disfrute.
Lejos, muy lejos de las preocupaciones, de los agobios, de peleas y frustraciones, de decepciones, de desamores, de sentimientos negativos que si te vienen a la cabeza, se esfuman con el ruido de unas fuertes carcajadas.
Y ahí, justo en ese momento, es cuando me doy cuenta de lo que tengo. Nada que ver con lo que podría tener hace un par de años. La pregunta no es qué ha cambiado, sino qué es lo que no ha cambiado.
Ahora son muchas más las cosas que me hacen sentir bien.
Son más las ganas de planear cosas nuevas y romper la rutina.
Y aunque a pesar de que nunca estará de más una tarde sola, lejos de la gente, espero no tener que necesitarla.

lunes, 3 de enero de 2011

Tú.

Tengo que confesarte varias cosas.
No eres mi tipo. Si me preguntan por mi tipo ideal y lo definiese, no se parecería mucho a tí. Es más, en muy pocas cosas. Pero tienes algo que no tienen los demás, y puede que supere a mi tipo ideal.
Además, siempre que me preguntan digo lo que muchas: simpático, amable, educado, guapo, listo, respetuoso, fiel, gracioso, seguro, delgado, pelo cuidado, dientes bonitos y limpios, que vista bien, que tenga personalidad, que confíe en mi, atento, que me escuche....para para para, no hay tios así, para qué engañarnos. Puede que tengan muchas cosas, pero alomejor las que no tienen son más importantes que las que sí tienen. ¿Pará que quiero un tio super guapo si es super torpe, grosero, y encima no me sea fiel? ¿O para qué quiero un chico con el pelo super cuidado, los dientes perfectos, que vista genial, pero sea un cobarde, no tenga personalidad, y no me escuche porque para él sea más importante colocarse bien su pelo? Yo lo tengo comprobado, puede que esa sea la descripción de mi tipo, pero después me fijo en tios que no tienen ni la mitad de eso. ¿Por qué? Porque en los sentimientos no es uno quien manda, sino quien manda es el corazón.
Y tú, puedes que no seas ese al que describo, ¿pero sabes? Tú haces que me sienta única. Haces que disfrute mientras hablo contigo. Haces que sonria como una tonta con una mirada. Haces que me sienta bien. Y puede que eso, supere a todas las cualidades de mi tipo ideal.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Ojalá.

La vida no es como un papel, donde cada error puede borrarse con goma o tipex. Ese error queda ahí marcado. Pero no te juzgues por tus errores, sino por como reacciones después de cometerlos.
Y sí, ojalá todo fuera tan fácil como quererte. Y no, no me importa admitirlo. Es absurdo negar la realidad tal y como es. Para qué negar lo evidente. Nada ha cambiado, nadie puede reemplazarte.
Cada día se vuelve más difícil asimilar la situación de no tenerte. Aunque pensándolo bien, nunca te tuve. Eres como una imagen perfecta retratada por mis ojos. Como una melodía perfecta que resuena en mi cabeza. Es ilógico que solo tu cambies los conceptos que tenía en mi vida. Pero así es.
Así que quiéreme o no me quieras, pero nunca me olvides.

lunes, 27 de diciembre de 2010

No elijo de quién enamorarme.

- ¿Bueno, y tu qué quieres este año?
+ ¿Qué quiero? Pues lo que quiero está muy lejos de mi alcance.
- ¿Por qué? ¿Es muy caro?
+ Sí. Muy muy caro. Tan caro que ni puedo decirte el precio.
- ¿Y eso?
+ Porque unas navidades al lado de la persona que quiero, no tienen precio.
- ¿Me estás diciendo que dependes de una sola persona que seguramente ni merecerá la pena para estar feliz?
+ Sé que suena algo estúpido, pero sí.
- ¿Pero qué te ha pasado? Tu eras la que decías que eramos pequeñas para estar comiéndonos la cabeza y estando tristes por un tio. ¡Que no valía la pena! Que no dependemos de un tio para estar felices, que nos bastamos con nosotras mismas y nuestros amigos.
+ Sí. Lo dije y seguramente lo volvería a decir. Al igual que digo otras miles de cosas. ¿Crees que no es lo que pienso? Sé que debería ser así, pero por ahora, yo no soy la que decido de quién o no me enamoro.